Delirios de despedida.

Ahora he entendido por qué no puedo apartarme de tí.

No es que sea estúpida ni que me guste pasarlo mal. Tampoco es por superarme y decir: yo puedo con esto y me quedo aquí aguantando lo que sea. Quizás es eso lo que me digo a mi misma, que huír es de cobardes, que luche, que lo vea como algo improbable pero nunca imposible.

Y luego está la otra parte de mí que me dice que espere, que sea su amiga siempre, porque no puedo perderle, no quiero que se vaya. Que me mentalice de una vez de que es mejor así y que vea normal que bese a tantas como quiera, que se lo pase bien con ellas...incluso que algún día se enamore de alguna otra. Tal vez eso es lo que llevo haciendo demasiado tiempo...permanecer ahí, a su lado, como si nada pasara. Intentar ignorar lo que veo, lo que oigo...y lo más importante ignorar por completo lo que siento. Total ¿Qué son los sentimientos?. A caso se puede comparar el amor con el sexo. El cariño con la amistad. La tranquilidad que da una mirada con una noche de fiesta...

Aquí lo que importa es lo superficial, el tener a alguien que realmente nos quiera es lo secundario.

Y realmente le necesito, más de lo que digo, muchísimo más de lo que yo misma sé.

Y aún así pretendo marcharme, dejar de ver lo único que es capaz de alegrarme el día. Dejar de escuchar la única voz capaz de sacarme miles de sonrisas y hacer que me pase el día feliz, tarareando canciones en mayor. Y ahora me he dado cuenta por fin de por qué le perdono todo, de por qué no sé ser rencorosa, la razón por la cual no me importa que no me diga nada bonito aunque me cabree, y el maldito por qué...ese por el que para mí después de todo sigue siendo la persona más importante del mundo.

Y es que me alegra la vida sólo con mirarme, cuando estoy a su lado caminando escuchándo sus cosas sin hacer absolutamente nada más soy feliz. Sé lo que es la felicidad gracias a él. Y es mucho más simple de lo que la gente cree. Intento ocultar mi sonrisa cuando le veo de lejos, antes de acercarme a darle dos besos, pero me es imposible, es como si el simple hecho de que él esté ahí esperándome me diese toda la alegría del mundo. Es difícil sonreír cuando no te sale pero él hace que también lo sea al revés.

Por eso no puedo alejarme de él, es peor que cualquier droga, más adictiva, más perjudicial...

Y si estoy loca pues lo estoy, me da igual, si pudiese ahora mismo le agarraba fuerte de la mano y me iba con él dónde fuese, al fin del mundo.

Pero se acabó. Aunque esto sea más fuerte que yo, aunque sus ojos sean mi vida. Se terminó no porque yo quiera, si no porque no puedo permitir que mi vida se vaya a la mierda en el momento en el que él se olvide del todo de mí y se aleje. Prefiero alejarme yo ahora que no es demasiado tarde.

Pero no he sido capaz de despedirme, porque odio las despedidas y por qué en el fondo sé que le volveré a ver pronto. Aunque espero aguantar lo suficiente como para que él me eche de menos.

Y si no es así...lo único que me queda es no verle y vivir en la rutina, porque con él la rutina no es rutina, y la vida es vida.

Es horrible saber que has nacido para amar a una persona y a la vez darte cuenta de que todo está en contra y que nunca vas a poder cumplir tu sueño.

Es por él, ..."y eso que cuando apareces se desvanece el dolor y no necesito a nadie más..."

Ese es el motivo. Todavía no he conseguido averiguar que tienes para hacer de mí la persona más feliz y más triste al mismo tiempo.

Te quiero y te odio. Y me odio por quererte. Son todo incoherencias...así soy yo sin él.

Una de cal y otra de arena, diez sonrisas y cien lágrimas...

Es el destino que hace conmigo lo que quiere. Pero no quiero esto más. No puedo seguir siendo sin ser al mismo tiempo. Y él no puede ser todo y nada en mi vida.

Sé que va a estar bien, y necesito pensar que a la larga...yo también.

Porque si te perdiera...aunque ahora no te tenga, mi vida dejaría de valer la pena.

He sido algo importante y no quiero acabar como una más. Eso es algo que me gustaría evitar.

Es la lluvia...contigo pero sin ti.