Soledad de amores triste y pura,
soledad de amores y locura.

¡Espero que os guste!

¡Hola!, Bienvenido a She´s like the wind =). Es mi rincón personal, encontrarás pensamientos, historias, canciones, palabras...Escribir es magia. Todo lo que puedas leer en este blog es creación mia, por lo que te ruego que no cojas nada sin permiso, cualquier consejo, duda o pregunta escribeme un comentario.
Un beso muy fuerte.

Solo tú.

Solo tú.
She´s like the wind

domingo, 19 de diciembre de 2010

Aléjate de tu vida, para seguir viviendo.

Y después de tantas lágrimas, tras tantos momentos y tanta decepción...
También después de tantas sonrisas, recuerdos y tantas dosis de alegría enamorada.
Todo tiene que quedar atrás, lejos de lo que tengo que llegar a ser, tan lejos que ya no podré verle, tanto que tendré que acostumbrarme a vivir sin su voz, sin sus ojos, sin su risa...
Sí, porque es irónico y duro, no tiene sentido y a la vez es la clave...Lo que estoy dispuesta a hacer. Porque después de mucho pensar, darle vueltas a lo mismo, intentar no sentir, no soñar, no amar...ahora sé lo que tengo que hacer, y no me gusta, no me gusta en absoluto, pero no siempre lo que uno debe hacer le agrada. Sí como levantarme todas las mañanas a las siete y media de la mañana para ir a un sitio que no me gusta, escuchar cosas que no me interesan, y querer salir de ahí lo más pronto posible.
Pero esto es mucho peor que eso, porque ya lo he intentado otras veces y siempre he acabado sin fuerzas ni ganas para llevarlo a cabo. Bien, ahora es distinto, estoy completamente segura de que lo voy a hacer.
Alejarte de tu vida para seguir viviendo...¿irónico no?. Pues es exactamente lo que va a pasar.
Tengo que hacerlo por tantas razones...que no sabría por donde empezar. Nunca he tenido el valor ni las fuerzas necesarias, porque aunque suene estúpido prefería ser infeliz a su lado que no tenerle. Tal vez porque para mí estar andando junto a él sin hacer absolutamente nada más ya es demasiado, y tiene el don de hacer que esté todo el día feliz por ello.
Porque aunque sea el tópico más utilizado, aunque todo el mundo piense que su amor está por encima del resto y que es imposible de olvidar, lo mio es real, y lo digo. Mi vida sin él no tiene sentido. Absolutamente ninguno. Es increíble pero es así. Ya lo he probado, ya lo he intentado y se lo mal que lo voy a pasar a partir de ahora. No verle, no escucharle, no poder hacerle reír. No oler su colonia al acercarse, no mirar la arruga que se le hace en el entrecejo cuando se enfada, no odiarle por hacerme de rabiar, no quitarle pestañas y decirle que sople y pida un deseo. No escucharle reír, eso que tanto me apasiona, aunque esté a metros entre mucha gente puedo escucharla, su risa, su voz, sus tonterías. La forma que tiene de andar, sus dientes perfectos, su barba de 3 días, o cuando se acaba de afeitar con su olor a aftershave. Las pocas veces que se le escapa un "peque", y que justo en ese momento me siento la chica más feliz del mundo e intento que él no se de cuenta. Sus 3 formas de ser conmigo. La primera cuando se cabrea, tiene un mal día y no hay quien pueda hablar con él. La segunda cuando hace bromas de todo, cuando se ríe hasta de sí mismo y siempre le saca doble sentido a todo. Y la tercera, que es la que más me gusta. Cuando es cariñoso, cuando me pregunta por mis cosas, cuando se preocupa por mi...
y cuando me mira como si yo fuese lo único que hay en el mundo. Esta última es la más rara, pero cuando aparece...es cuando me doy cuenta de por qué es mi vida. Es sencillo, es la única persona que ha podido hacer que me sienta viva, agusto en el mundo. Me ha hecho inmensamente feliz en momentos tan absurdos y detalles tan pequeños...que me parece increíble. He podido vivir 3 años y medio a su lado. Y me siento muy orgullosa de haberle conocido. Me da igual todo lo que haya pasado, o lo que haya podido sentir. Me quedo con sus pequeños detalles, esos que hacen que para mí pese a todo sea lo más bonito del mundo.
Cuando veo esas películas de amor pienso...sé que existe, que no es ficción...porque yo he podido vivirlo. Pero una película no dura para siempre, puedes volver a verla las veces que quieras pero...siempre tiene el mismo final, el mismo principio...los mismos personajes. No avanza en el tiempo, no envejece con los años...y aunque te vuelvas a enamorar de ella cada vez que la ves, sabes como va a terminar.
Puedo hacerlo, sé que puedo. Por ti, por mi, por estos tres años increíbles.
Sí, a veces alejarte de tu vida para seguir viviendo...es lo único que puedes hacer.
Aprender a vivir sin él, sin todo eso que necesitas aunque solo sea de lejos...
No hay lejos, no hay ayer, no hay mañana. Lo único que puedes hacer es dejar que si te necesita sea tu vida la que te vuelva a encontrar...pero nunca, nunca más, pensar que tu puedes controlar tu destino. No inventar ilusiones, y simplemente existir, y digo existir, porque para mí la vida sin él no es vivir.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Arriesga y pierde.




-¿No te habrás creído eso de que la vida no tiene sentido sin ti verdad? Porque yo me lo creí.

Su expresión huyó de mis pupilas unos instantes. Por una vez parecía tener credibilidad, mi voz no temblaba y mi mirada seguía ahí, justo dónde siempre debería haber estado, fija en sus ojos.

Después su intenso marrón caramelo me alcanzó, más que mirar… sus ojos hablaban, y su boca parecía entreabrirse ligeramente para contestar, aunque no hubo atisbo alguno de esas palabras. Rompiendo el tedio del silencio, mi sonrisa se enmarcó aún con más fortaleza, o al menos eso era lo que pretendía, sin duda.

-El único sinsentido de mi vida sin ti es uno, la tranquilidad. No hay sufrimiento, ni lágrimas, todo está tranquilo. Antes no era así.

Antes cuando te miraba todo era diferente…

Un gesto en sus facciones hizo que mi retahíla de palabras frenase, aunque finalmente decidí dar continuación a mi discurso.

-¿Sabes lo que veía? ¿Acaso alguna vez te importó?. Te lo voy a decir de forma sencilla, cuando te miraba veía vida, sí, mi vida. ¿Y sabes qué? No me importaba en absoluto el pasado, porque con tus ojos todo lo demás desaparecía. Es algo que todavía no me explico, pero un maldito beso tuyo era capaz de cambiarme, sí…cuando tu aire y mi aire se mezclaban todo lo que pudiese sentir era poco, mi vida no existía, todo pasaba a ser parte de algo nuestro. He aquí el problema. Nada era nuestro, nada es nuestro y nada lo será. Esto es como una partida de póker, hay que ser egoísta, ir a lo tuyo y jugar solo.

No mostrar nunca tus sentimientos y marcarte algún farol.

¿Sabes? Yo me creí tus faroles, y por eso he perdido todo.

Porque es verdad eso que dicen…el que lo da todo es el que pierde, el que finalmente se queda sin nada. Nunca lo apuestes todo o te quedarás vacío.

Pero si lo que estás pensando es si me arrepiento…no, no lo hago ni lo haré nunca. Volvería a apostar hasta la última ficha que me quedase, hasta lo más insignificante que puediese tener, de hecho lo hice, y lo perdí. Pero no me importa, te quise, te adoré de tal forma…que aprendí a soñar, a reír, a llorar, a sentir…de verdad.

Pero sí que cambiaría una cosa, mi estupidez. Porque si volviese a vivir todo eso, lo último que haría sería entregarte mi dignidad y todas esas lágrimas.

No, porque se acabó, porque ahora al mirarte lo único que veo es alguien a quién le dio miedo arriesgar, alguien que tuvo la opción de apostarlo todo o retirarse y prefirió quedarse en el medio. Alguien que me quiso pero decidió no quererme más. Porque el amor de verdad no muere a base de decepciones, ni de lágrimas, ni de sueños sin cumplir, y el tiempo tampoco puede borrarlo. El amor verdadero siempre te da fuerte, no entiende de moral ni de sufrimientos o alegrías, es algo que te atrapa y no se va, y la única manera de evitarlo es escondiéndolo en alguna parte, con el tiempo puede que se te olvide dónde lo metiste…pero en algún momento siempre acaba volviendo.

Desgraciadamente eso es lo que he aprendido con todo esto, no sé por qué me tocó a mi, no entiendo porque a los catorce, cuando todavía se es niña y no se tiene claro nada en la vida, pues no se sabe jugar. ¿Pero sabes qué? No te preocupes, porque sé que me merezco rosas, hoteles y fresas… Besos bajo la luna, paseos en el coche a toda ostia con la música a todo volumen, que me cojan en brazos y me abracen fuerte. Que se rían conmigo, que me digan a cada rato lo preciosa que estoy aunque sea mentira. Que vean películas de amor y me llamen al móvil a las tantas sin motivo, solo para escucharme. Que me sorprendan, que me digan te quiero y que sea de verdad. Que piensen en mí la primera, sin tener que llamar a muchas otras para ir al cine. Porque conmigo tengan más que suficiente, porque me valoren, porque me necesiten…

Y también que cuando me miren no vean nada más, ni futuro ni pasado…solo presente, solo yo, solo nuestra vida. Pueden parecer sueños de una imbecil sentimentalista pero no me preguntes por qué…sé que algún día volveré a tenerlo y esta vez será para siempre. Porque no pienso acabar la partida.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Un simple segundo y todo desaparece.


La vida es increíble, aún más increíble de lo que pensaba.
Tu vida pasa cada día ante ti sin que te de tiempo a darte cuenta. Estás tan ocupado en vivir tu propio mundo, que a veces se te olvida que existe el de verdad. Ese mundo que sabes que está pero prefieres ignorar, o simplemente se te escapa. Si el mundo te hace daño, tu te haces más fuerte. Eso solemos pensar, pero no siempre es así. En nuestro mundo sí, todo va y vuelve, nada es permanente, eres tú el que tiene el poder de cambiarlo. Pero lo que pasa fuera...eso es lo diferente. No sé si sabeís de lo que hablo. Es como recordar. Realmente tenemos pensamientos dentro que solo acuden a nosotros cuando algo pequeño hace que nuestra mente se accione y...ahí está. Cuando recordamos un momento, por muy lejano que parezca, volvemos a sentir lo mismo que sentimos entonces. Eso es algo extraordinario, increíble...tanto como el vacío que después nos queda, al ver que no existe. Bien, pues quizás eso sea lo más cerca que estamos de distinguir nuestro mundo del real. Puedes estar toda una vida soñando...pero siempre hay algo, cualquier cosa, por insignificante que parezca, que hace que despiertes. Es entonces cuando todo se derrumba, como un castillo de arena con las olas, como cuando el lobo de los tres cerditos soplaba las casas y se iban volando por los aires...sí, eso es exactamente lo que ocurre.
Entonces crees que tu vida ha sido una mentira y que nada ha sido real, pero no debes pensarlo, pues lo que has sentido...ha sido tan real como tus lágrimas al darte cuenta de que nada era verdadero. Porque todo pasa por algo, TODO. Hasta aquello que pensamos que no ha servido de nada, aquello que nos duele. El dolor es lo único que nos da una razón, cuanto más duela el sentimiento, más vivo estaba. Por lo que es real, si duele es porque estamos vivos.
Crees que todo va a tener un final como los de las películas, que aunque pasen muchos años al final tu vida y la suya se juntarán y acabareís felices. No te culpes por ello, porque lo más absurdo de todo esto, es que ni siquiera tú sabes que piensas así, no tienes la más remota idea de lo mucho que echas de menos todo eso que recuerdas a trocitos, con los pequeños detalles que van llenando tu vida cada día. Sí, como esa película que te llega lo más dentro posible y te hace recordarle. Recordar palabras, momentos, sensaciones... Entonces algo cambia en tu interior, de pronto todo lo negativo vuelve a desaparecer y las ganas locas de vivir toda una vida a su lado reaparecen. No sabes por qué, tampoco quieres saberlo, pero eres feliz pensando que alguna vez tu también viviste lo que tantas sueñan con esas películas.
Coges el camino fácil, no pensar, no sentir...solo actuar. Eres feliz o al menos crees que lo eres, no sufres, no lloras...el tiempo pasa, solo eso. Alguien dijo en alguna parte...que a veces encontramos nuestro destino por los caminos que cogemos para evitarlo. Piensas que no te duele, ya no. Que no podrá alcanzarte, que pase lo que pase y veas lo que veas no te hará daño. Pues piensas que los años han conseguido hacerte inmune. Como cuando estás haciendo el tonto en una silla y de repente estás a punto de darte la ostia de tu vida, sí, la silla parece rozar el suelo y tu cabeza el frio marmol. Es como un subidón de adrenalina, el corazón se te dispara y tus ojos se abren como platos...después suspiras y te ries...pensando que esa podía haber sido la ostia de tu vida.
La vida es igual, los momentos te dan pequeños avisos, en los que te recuerdan que puedes hacerte mucho daño. La diferencia es que en ocasiones, no hay sitios para agarrarte, la vida te da la ostia y no hay manera de evitarlo.
De repente algo se acciona, la velocidad se detiene, y entonces lo ves...
Sales del cine y las ganas locas de volver a tenerle en tu vida, de hacerle la persona más feliz de la tierra, de ser feliz como una niña tonta...todo eso desaparece. Se esfuma con la película.
Es entonces cuando ves las cosas como realmente son, cuando te metes en el mundo del que nunca deberías haber salido. Es cómo si le vieras entrando al cine con otra... Tus manos empiezan a sudar y todo tu cuerpo tiembla, unas ganas increíbles de matar y de morir al mismo tiempo. Tu corazón grita y te duele, estás viva pero no quieres saberlo.
Es entonces cuando te tragas tus lágrimas y le sonríes. Que te vea, que sepa que le has visto....
Pero que nunca en la vida, sepa lo que has sentido. Que los muros de tu falsa sonrisa no se rompan, y solo así sobrevivirás en el mundo real. Solo así...podrás levantarte de la ostia y no volver a jugar con la silla. ¿Ahora sí que sabréis de lo que hablo no?.
Cuando te dices a ti misma, que aunque te cueste la vida, se acabó. Que nunca más.

Se pone a llover...te estás empapando, pero necesitas estar ahí, no quieres refugiarte, no quieres volver a casa... Tus pies no se mueven. Lo único que realmente te apetece hacer es sentir la lluvia y darte cuenta de que eso es lo real. Empaparte de la vida que siempre te ha dado miedo vivir.



miércoles, 1 de diciembre de 2010

Insuficiencia mental.

Sí esas son las palabras exactas para definirme en estos momentos.
Soy tan insuficiente mentalmente que tendría que estar estudiando en estos momentos ya que mañana tengo tres exámenes y sólo me sé la mitad de uno...así que vamos bien.
¿3 horas en la biblioteca para la mitad de un examen?, ah sí, era yo la que pensaba que con tres horas me daría para todo. A quien pretendo engañar si cada día me desmoralizo más viendo que mi esfuerzo y mis ilusiones tontas de..."¡este lo apruebo seguro!", hacen que mi ostia sea mas fuerte cuando veo mis preciosas notas sobre los asquerosos exámenes.
Lo más gracioso de todo esto es que yo creía que era inteligente a veces...sí solo a veces, pero al menos algo era, por lo menos no me sentía tan inútil y jodidamente tonta como me siento ahora.
Toda la vida soñando con ser algo...hacer la carrera de mi vida para después encontrar el trabajo de mis sueños...¿Para qué? Para llegar a segundo de bachillerato y darme cuenta de que no valgo para estudiar, ni para memorizar, ni para pensar...no valgo para nada. Ni siquiera sé si sé algo, hasta empiezo a preguntarme como narices he pasado 5 años sin ir a septiembre ni una sola vez y con notas decentes. ¿Me he vuelto imbécil de repente? o tal vez siempre lo he sido y todo lo anterior era cosa de niños...ahora empieza lo difícil y es cuando una se da cuenta de que ni siquiera sabe hacer algo de lo que siempre ha estado orgullosa, algo que siempre me ha llenado. Escribir. Ya hasta me suspenden exámenes con la justificación de que no sé escribir...
¿Dónde estoy? ¿Qué es esto?...
Y si es que por un milagro de la naturaleza llego a aprobar en mayo...¿La selectividad?...
Como demonios voy a aprobar selectividad, si me ahogo con exámenes de 3 temas.
Lo dicho...esto es muy duro aunque no lo parezca. Pues al final en la vida lo único que nos queda es lo que somos, nosotros mismos, nuestra inteligencia y nuestros sentimientos. Los sentimientos prefiero no sentirlos y la inteligencia...si alguna vez existió ha desaparecido por completo.
Me dan igual las notas, me dan igual las vacaciones, es increible pero lo único que me duele de manera brutal es darme cuenta de mi corta inteligencia y mis escasas capacidades.
Todavía recuerdo que mis profesores de primaria decían que era una niña brillante y que podría conseguir lo que me propusiera en la vida...
Aunque claro en aquel entonces todavía no sabía lo que era segundo de bachillerato.