Soledad de amores triste y pura,
soledad de amores y locura.

¡Espero que os guste!

¡Hola!, Bienvenido a She´s like the wind =). Es mi rincón personal, encontrarás pensamientos, historias, canciones, palabras...Escribir es magia. Todo lo que puedas leer en este blog es creación mia, por lo que te ruego que no cojas nada sin permiso, cualquier consejo, duda o pregunta escribeme un comentario.
Un beso muy fuerte.

Solo tú.

Solo tú.
She´s like the wind

domingo, 5 de diciembre de 2010

Un simple segundo y todo desaparece.


La vida es increíble, aún más increíble de lo que pensaba.
Tu vida pasa cada día ante ti sin que te de tiempo a darte cuenta. Estás tan ocupado en vivir tu propio mundo, que a veces se te olvida que existe el de verdad. Ese mundo que sabes que está pero prefieres ignorar, o simplemente se te escapa. Si el mundo te hace daño, tu te haces más fuerte. Eso solemos pensar, pero no siempre es así. En nuestro mundo sí, todo va y vuelve, nada es permanente, eres tú el que tiene el poder de cambiarlo. Pero lo que pasa fuera...eso es lo diferente. No sé si sabeís de lo que hablo. Es como recordar. Realmente tenemos pensamientos dentro que solo acuden a nosotros cuando algo pequeño hace que nuestra mente se accione y...ahí está. Cuando recordamos un momento, por muy lejano que parezca, volvemos a sentir lo mismo que sentimos entonces. Eso es algo extraordinario, increíble...tanto como el vacío que después nos queda, al ver que no existe. Bien, pues quizás eso sea lo más cerca que estamos de distinguir nuestro mundo del real. Puedes estar toda una vida soñando...pero siempre hay algo, cualquier cosa, por insignificante que parezca, que hace que despiertes. Es entonces cuando todo se derrumba, como un castillo de arena con las olas, como cuando el lobo de los tres cerditos soplaba las casas y se iban volando por los aires...sí, eso es exactamente lo que ocurre.
Entonces crees que tu vida ha sido una mentira y que nada ha sido real, pero no debes pensarlo, pues lo que has sentido...ha sido tan real como tus lágrimas al darte cuenta de que nada era verdadero. Porque todo pasa por algo, TODO. Hasta aquello que pensamos que no ha servido de nada, aquello que nos duele. El dolor es lo único que nos da una razón, cuanto más duela el sentimiento, más vivo estaba. Por lo que es real, si duele es porque estamos vivos.
Crees que todo va a tener un final como los de las películas, que aunque pasen muchos años al final tu vida y la suya se juntarán y acabareís felices. No te culpes por ello, porque lo más absurdo de todo esto, es que ni siquiera tú sabes que piensas así, no tienes la más remota idea de lo mucho que echas de menos todo eso que recuerdas a trocitos, con los pequeños detalles que van llenando tu vida cada día. Sí, como esa película que te llega lo más dentro posible y te hace recordarle. Recordar palabras, momentos, sensaciones... Entonces algo cambia en tu interior, de pronto todo lo negativo vuelve a desaparecer y las ganas locas de vivir toda una vida a su lado reaparecen. No sabes por qué, tampoco quieres saberlo, pero eres feliz pensando que alguna vez tu también viviste lo que tantas sueñan con esas películas.
Coges el camino fácil, no pensar, no sentir...solo actuar. Eres feliz o al menos crees que lo eres, no sufres, no lloras...el tiempo pasa, solo eso. Alguien dijo en alguna parte...que a veces encontramos nuestro destino por los caminos que cogemos para evitarlo. Piensas que no te duele, ya no. Que no podrá alcanzarte, que pase lo que pase y veas lo que veas no te hará daño. Pues piensas que los años han conseguido hacerte inmune. Como cuando estás haciendo el tonto en una silla y de repente estás a punto de darte la ostia de tu vida, sí, la silla parece rozar el suelo y tu cabeza el frio marmol. Es como un subidón de adrenalina, el corazón se te dispara y tus ojos se abren como platos...después suspiras y te ries...pensando que esa podía haber sido la ostia de tu vida.
La vida es igual, los momentos te dan pequeños avisos, en los que te recuerdan que puedes hacerte mucho daño. La diferencia es que en ocasiones, no hay sitios para agarrarte, la vida te da la ostia y no hay manera de evitarlo.
De repente algo se acciona, la velocidad se detiene, y entonces lo ves...
Sales del cine y las ganas locas de volver a tenerle en tu vida, de hacerle la persona más feliz de la tierra, de ser feliz como una niña tonta...todo eso desaparece. Se esfuma con la película.
Es entonces cuando ves las cosas como realmente son, cuando te metes en el mundo del que nunca deberías haber salido. Es cómo si le vieras entrando al cine con otra... Tus manos empiezan a sudar y todo tu cuerpo tiembla, unas ganas increíbles de matar y de morir al mismo tiempo. Tu corazón grita y te duele, estás viva pero no quieres saberlo.
Es entonces cuando te tragas tus lágrimas y le sonríes. Que te vea, que sepa que le has visto....
Pero que nunca en la vida, sepa lo que has sentido. Que los muros de tu falsa sonrisa no se rompan, y solo así sobrevivirás en el mundo real. Solo así...podrás levantarte de la ostia y no volver a jugar con la silla. ¿Ahora sí que sabréis de lo que hablo no?.
Cuando te dices a ti misma, que aunque te cueste la vida, se acabó. Que nunca más.

Se pone a llover...te estás empapando, pero necesitas estar ahí, no quieres refugiarte, no quieres volver a casa... Tus pies no se mueven. Lo único que realmente te apetece hacer es sentir la lluvia y darte cuenta de que eso es lo real. Empaparte de la vida que siempre te ha dado miedo vivir.



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